Informe de Observatorio Niñez Colunga y Déficit Cero: 40% de las niñas y niños en Chile enfrenta problemas habitacionales que comprometen su bienestar y desarrollo
El Observatorio Niñez de la Fundación Colunga y Déficit Cero presentaron la agenda “Niñez y Vivienda”, documento que analiza las condiciones habitacionales desde la perspectiva de niñas y niños, revelando datos alarmantes sobre el impacto de la crisis habitacional en el bienestar infantil. El lanzamiento contó con la participación de la subsecretaria de la Niñez, Verónica Silva, la subsecretaria de Vivienda, Gabriela Elgueta, el alcalde de Independencia, Agustín Iglesias y Rosario Palacios, académica, socióloga y magíster en Planificación Urbana.
La agenda presentada pone en el centro una idea clave: la vivienda no es solo una necesidad material, sino un pilar fundamental del bienestar infantil. Es en el hogar donde niñas y niños desarrollan su salud, aprendizajes y vínculos afectivos. El cómo y dónde viven impacta de forma directa y duradera en su trayectoria vital, especialmente en su salud mental, desarrollo cognitivo y relaciones de cuidado.
El estudio, que combina el modelo de bienestar del Observatorio Niñez con las dimensiones de vivienda adecuada establecidas por ONU-Hábitat, evidencia que aproximadamente 1,8 millones de niñas y niños (41% del total) enfrentan al menos un problema habitacional que afecta directamente su salud, aprendizaje y relaciones de cuidado.
Los principales hallazgos revelan un panorama crítico donde la vivienda se constituye como un determinante clave del bienestar infantil. En términos de habitabilidad, 1 de cada 10 niñas y niños vive en viviendas con materialidad deficiente, mientras que el 13% vive en hogares hacinados, cifra que se eleva al 18% en la primera infancia. Además, el 26% de niñas y niños de educación parvularia no tienen una cama de uso exclusivo, reflejando condiciones habitacionales precarias que impactan directamente en su descanso y desarrollo.
Respecto a servicios básicos y asequibilidad, la situación es igualmente preocupante: el 6% no tiene acceso adecuado a servicios básicos como agua potable y saneamiento, proporción que se dispara al 19% en zonas rurales; el 24% vive en hogares con problemas de asequibilidad, destinando más del 30% de sus ingresos familiares al pago de vivienda, lo que compromete la capacidad de las familias para satisfacer otras necesidades básicas.
El entorno y la seguridad también revelan cifras preocupantes: el 45 % de la primera infancia no tiene acceso cercano a jardines infantiles, el 47 % vive en barrios con violencia crítica y más de 84.000 niñas y niños residen en campamentos, un 46 % más que en 2020.
“La situación de muchos niños es de inseguridad en algunos barrios, de inestabilidad por violencia. Y los niños, por supuesto, se ven afectados, incluso cuando no son víctimas directas. Lo vemos en el estrés parental y en las limitaciones que enfrentan para jugar o moverse libremente en sus barrios”, señaló Verónica Silva, Subsecretaria de la Niñez. “Por eso es clave que los espacios públicos sean seguros y apropiados para su desarrollo, y que las comunidades vuelvan a apropiarse de ellos con participación activa de adultos y niños.”
El estudio identifica tres grupos especialmente afectados: niñas y niños en zonas rurales, migrantes —donde el 45 % vive en viviendas inasequibles y el 14 % con tenencia insegura— y la primera infancia, que concentra los mayores problemas habitacionales.
“Este estudio pone a la niñez en el centro del análisis habitacional”, explica Paloma Del Villar, directora del Observatorio Niñez Colunga. “La evidencia muestra que las condiciones habitacionales tienen un impacto diferenciado y acumulativo en el desarrollo infantil. Una vivienda inadecuada no solo afecta la salud física de niñas y niños, sino también su capacidad de aprender, su bienestar emocional y las relaciones de cuidado en el hogar”.
En tanto, el alcalde de Independencia, Austín Iglesias, sostuvo que “estas cifras nos interpelan profundamente. Nos hacen preguntarnos qué sociedad y qué país estamos construyendo para la niñez del futuro. Desde los municipios, el desafío es doble: avanzar hacia mejores viviendas y también hacia mejores entornos. No se trata solo de tener un techo, sino de cómo viven y crecen nuestras niñas y niños. Celebro que distintas instituciones estén articuladas, porque solo con esfuerzos coordinados podremos transformar esta realidad”.
Recomendaciones para salir de la crisis
La agenda adopta una perspectiva multidimensional que analiza cómo la vivienda influye en cinco áreas clave del bienestar infantil: salud, aprendizajes, cuidados, condiciones materiales y entorno barrial, constituyendo un enfoque que combina la expertise en políticas habitacionales con la especialización en bienestar infantil.
Para enfrentar esta crisis, el documento propone siete medidas clave para transformar la política habitacional con enfoque en niñez. Entre ellas, modernizar el sistema habitacional mediante un modelo integrado de compra, arriendo, subsidios y garantías adaptado al ciclo de vida familiar; y fortalecer el arriendo público con un programa específico para familias jóvenes con niñas y niños.
También se propone mejorar viviendas existentes con estándares adecuados de ventilación, aislación térmica y espacios seguros; actualizar normativas para incorporar los derechos de la niñez en la regulación del sector; priorizar viviendas bien ubicadas y conectadas a servicios esenciales; recuperar espacios públicos en barrios críticos; y establecer un sistema de monitoreo permanente de la situación habitacional infantil.
En esa línea, la subsecretaria de Vivienda, Gabriela Elgueta, sostuvo que “una de las líneas clave del Plan de Emergencia Habitacional ha sido el arriendo a precio justo, para incidir en un mercado donde muchas familias, sobre todo en zonas urbanas, destinan más del 35% de sus ingresos al pago de vivienda. Esto les obliga a vivir en condiciones precarias, con altos niveles de hacinamiento y allegamiento. Estamos trabajando para ofrecer una alternativa digna a través de subsidios y nuevas construcciones en arriendo que permitan a las familias con niñas y niños acceder a viviendas adecuadas mientras avanzan hacia una solución definitiva”, señaló Gabriela Elgueta, Subsecretaria de Vivienda.
“La crisis habitacional no es solo un problema de vivienda, es un problema de futuro. Cuando niñas y niños crecen en condiciones habitacionales precarias, estamos hipotecando su desarrollo y, por ende, el desarrollo del país”, enfatizó Trinidad Vidal, directora de Políticas Públicas de Déficit Cero. “Los datos son contundentes: necesitamos políticas habitacionales que reconozcan que invertir en vivienda adecuada para la niñez es invertir en el capital humano de Chile Si no enfrentamos hoy la crisis de vivienda con una perspectiva de niñez, serán las nuevas generaciones quienes cargarán con los costos de una infancia sin casa, sin descanso y sin un entorno donde crecer con dignidad”, concluyó Vidal.
La agenda “Niñez y Vivienda” se publica en un contexto de emergencia habitacional nacional, donde más de 1,5 millones de hogares requieren apoyo estatal para acceder a una vivienda adecuada, según estimaciones de Déficit Cero. La situación se agrava para familias con niñas y niños, que enfrentan barreras adicionales para ahorrar, acceder a créditos o insertarse en el mercado de arriendo, configurando un escenario donde la infancia se ve desproporcionadamente afectada por la crisis habitacional.
Esta agenda no solo busca visibilizar un problema, sino orientar respuestas concretas que idealmente se integren en las propuestas programáticas de quienes liderarán los próximos años la política pública nacional, con una respuesta articulada del Estado y no limitada a un solo sector. “La niñez y la vivienda deben ser una prioridad transversal y ética para el país”, enfatizan desde Observatorio Niñez Colunga y Déficit Cero.
Para descargar la agenda completa “Niñez y Vivienda”, aquí está el link.