Exclusión Escolar

En 2023, más de 50.000 niñas y niños fueron excluidos del sistema educativo

La niñez es una etapa clave para el aprendizaje y, si bien niñas y niños aprenden en todos los espacios en que interactúan, a partir de la infancia media, los establecimientos educativos se constituyen como espacios fundamentales dada la gran cantidad de tiempo que pasan en ellos. De acuerdo a la literatura, un mayor nivel educativo se asocia con mejores ingresos¹, el desarrollo de habilidades sociales y la generación de capital cultural[2]. La exclusión escolar, por el contrario, limita las oportunidades futuras de la niñez y se encuentra asociada a un deterioro del bienestar y a problemas de salud mental[3][4].

Dado el impacto de la exclusión, muchos países han implementado modelos predictivos para prevenirla[5]. Algunas líneas posibles de acción consisten en que, desde las escuelas, se fortalezca las habilidades docentes[6] y el desarrollo de competencias socioemocionales en las y los estudiantes, para así mejorar la convivencia escolar y generar entornos educativos más amables[7]. Asimismo, es fundamental que los establecimientos educativos refuercen políticas de asistencia escolar y seguimiento, evitando la flexibilización de estas exigencias. A nivel de políticas públicas, resulta crucial implementar estrategias que promuevan el acompañamiento y la continuidad educativa, considerando especialmente a estudiantes en situación de vulnerabilidad, para prevenir la exclusión y fomentar trayectorias escolares exitosas. 

Abordar este fenómeno requiere estrategias integrales que combinen mejoras en la enseñanza, el bienestar emocional y el acompañamiento escolar, junto con políticas multisectoriales que atiendan factores socioeconómicos y culturales[8].

¿Por qué hablamos de exclusión y no de deserción?

En Chile, un estudiante se considera excluido del sistema si, luego de estar matriculado en un establecimiento, no aparece en los registros escolares por dos años consecutivos, o si no termina un año escolar y no se matricula en ningún establecimiento durante todo el año siguiente[9]. Tradicionalmente, estas y estos estudiantes son considerados desertores del sistema educativo, o estudiantes que abandonan el sistema educativo, pero en realidad se trata de estudiantes que fueron excluidos, en cuanto las responsabilidades que explican este comportamiento no refieren solo a factores individuales[10]. Recientemente, se ha enfatizado en el hecho de reconocer que cuando una niña o niño abandona el sistema escolar sin haber completado su escolaridad, generalmente lo hace por el encuentro de sus experiencias de vida y las dinámicas propias de su establecimiento escolar y el sistema educativo en general[11]. Rara vez hay una sola razón para que abandonen la escuela. Más bien, este es un proceso conformado por muchos factores que interactúan de manera compleja y dinámica[12].

La investigación en el ámbito educativo destaca la existencia de múltiples factores de riesgo que pueden aumentar la probabilidad de exclusión escolar. Estos factores pueden originarse tanto dentro del sistema educativo (factores escolares) como fuera de él (a nivel individual, familiar, social, cultural y económico)13. Dentro de la escuela, se ha identificado que climas escolares poco amables, la falta de estrategias de apoyo y la flexibilización de las exigencias de asistencia por parte de los establecimientos dificultan la permanencia de las y los estudiantes. Fuera del sistema educativo, la exclusión está vinculada a diversos factores, como la relativización de la importancia de la asistencia dentro de las familias, una mayor precarización y vulnerabilidad de los hogares, así como el aumento de niñas y niños que han debido asumir tareas de cuidado⁸. Además, el nivel de estudios alcanzado por madres y padres influye directamente en la trayectoria escolar de sus hijas e hijos, perpetuando patrones de interrupción educativa. La exclusión escolar también se asocia a otras dificultades profundas, como problemas de salud física y mental, experiencias de bullying y consumo de sustancias, que pueden limitar la capacidad de las y los estudiantes para asistir regularmente a la escuela. En este sentido, crisis como la provocada por la pandemia de COVID-19 han representado un desafío particular para garantizar el derecho a la educación de todas las niñas y niños.

Conclusión

La exclusión escolar ha disminuido entre 2013 y 2023. Sin embargo, aunque las cifras de 2023 siguen siendo más bajas que las de 2013, desde 2021 la tendencia comenzó a revertirse, con un aumento en la proporción de estudiantes que son excluidos del sistema educativo, en un contexto marcado por la crisis socioeconómica que enfrenta el país desde el año 2020. La exclusión escolar es más alta entre los niños que entre las niñas, y entre los colegios privados y subvencionados se concentra la mayor cantidad de estudiantes excluidos. Además, existen diferencias territoriales, siendo las ciudades y las regiones del Norte del país las que presentan mayores proporciones. 

Dada la multicausalidad del problema, es importante tomar acciones preventivas para abordar la exclusión escolar. La inasistencia regular a clases es un predictor clave de la exclusión escolar, al igual que el desempeño académico, la repitencia y el clima del establecimiento educacional. Algunos perfiles de estudiantes tienen un mayor riesgo de abandonar el sistema educativo, por lo que es crucial prestarles especial atención y proporcionarles mayores apoyos para garantizar su derecho a la educación.

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  • El Ministerio de Educación identifica a las y los estudiantes con su RUN (Rol Único Nacional) y luego los reemplaza por un identificador enmascarado (mrun) para permitir que investigadoras e investigadores utilicen estos datos. Esto permite identificar a estudiantes que se encontraban matriculados(as) un año y, sin haber egresado, no se encuentran en el sistema escolar el año siguiente (MINEDUC, 2020).

Referencias

[1] OCDE (2022). Recuperación educativa eficaz y equitativa: 10 principios. Disponible en: https://fe.ccoo.es/8a30f70940737308ab6c7e4f92502a8c000063.pdf

[2] UNICEF (2019). Un mundo listo para aprender: Dar prioridad a la educación de calidad en la primera infancia. Informe mundial. Disponible en: https://www.unicef.org/media/56571/file/Un-mundo-preparado-para-aprender-2019.pdf

[3] Borges G, Medina Mora-Icaza ME, Benjet C, Lee S, Lane M, Breslau J. Influence of mental disorders on school dropout in Mexico. Rev Panam Salud Publica. 2011;30(5):477–83.

[4] Hjorth, C., Bilgrav, L., Frandsen, L., Overgaard, C., Torp-Pedersen, C., Nielsen, B., & Bøggild, H. (2016). Mental health and school dropout across educational levels and gender: a 4.8-year follow-up study. BMC Public Health, 16, 976. https://bmcpublichealth.biomedcentral.com/articles/10.1186/s12889-016-3622-8

[5] UNICEF (2018). Early Warning Systems for Students at Risk of Dropping Out. Disponible en: https://www.unicef.org/eca/sites/unicef.org.eca/files/2018-11/Early%20warning%20systems%20for%20students%20at%20risk%20of%20dropping%20out_0.pdf

[6] Chetty, R., Friedman, J. N., & Rockoff, J. (2014). Measuring the Impacts of Teachers I: Evaluating Bias in Teacher Value-Added Estimates. American Economic Review, 104(9), 2593-2632. http://dx.doi.org/10.1257/aer.104.9.2593

[7] Cifuentes, C. (2023). Medidas para combatir la deserción escolar. Horizontal. Disponible en: https://horizontalchile.cl/assets/uploads/2023/01/Medidas-para-combatir-la-desercio%CC%81n-escolar-2.pdf

[8] UNICEF (2021). Sostener, cuidar, aprender. Lineamientos para el Apoyo Socioemocional en las Comunidades Educativas. Disponible en: https://www.unicef.org/chile/media/5701/file/sostener%20cuidar%20.pdf

[9] Ministerio de Educación (2022). Medición de la Exclusión Escolar en Chile. https://centroestudios.mineduc.cl/wp-content/uploads/sites/100/2020/04/DOCUMENTO-DE-TRABAJO-20_2020_f01.pdf

[10] Terigi, F. (2009). La inclusión educativa: viejas deudas y nuevos desafíos. En: Terigi, F.; Perazza, R.; y Vaillant (2009). Segmentación urbana y educación en América Latina: el reto de la inclusión escolar. Madrid: Fundación Iberoamericana para la educación la Ciencia y la Cultura, EUROSocial: Centre International D’étudesn Pedagogiques: OEI. Disponible en: https://inclusionisfd10.files.wordpress.com/2011/10/segmentacion-urbana-y-educacion-en-america-latina.pdf

[11] Cortés, L., Egenau, P., Peters, H., & Portales, J. (2020). Desafíos de la política pública en torno a la desescolarización y la exclusión educativa en Chile.

[12] UNICEF (2018). Early Warning Systems for Students at Risk of Dropping Out. Disponible en: https://www.unicef.org/eca/sites/unicef.org.eca/files/2018-11/Early%20warning%20systems%20for%20students%20at%20risk%20of%20dropping%20out_0.pdf

[13] Cifuentes, C. (2023). Medidas para combatir la deserción escolar. Horizontal. Disponible en: https://horizontalchile.cl/assets/uploads/2023/01/Medidas-para-combatir-la-desercio%CC%81n-escolar-2.pdf

 
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