Inasistencia grave

1 de cada 4 estudiantes presenta inasistencia grave

Los colegios se constituyen como un eje fundamental en el aprendizaje y desarrollo de niñas y niños, particularmente desde la infancia media, considerando la gran cantidad de tiempo que pasan en los establecimientos educativos. Si bien la educación formal no es el único espacio de aprendizaje, asistir regularmente a la escuela le permite a niñas y niños a acceder a espacios de participación, revertir situaciones de precariedad o vulneración y posibilita el desarrollo personal e identitario[1]. No solo basta estar matriculada o matriculado en el colegio, sino que la asistencia es de suma importancia para incorporar los aprendizajes y habilidades que se imparten en este espacio.

Por el contrario, la inasistencia al colegio está asociada a corto plazo con peores rendimientos académicos y con dificultades para establecer vínculos entre compañeras y compañeros, afectando la convivencia escolar[2]. Además, se ha documentado que un estudiante que presenta una alta inasistencia tiene más probabilidades de ser excluido del sistema escolar. A largo plazo, se asocia con menores ingresos. Al respecto, investigaciones han sugerido que el efecto que tiene la inasistencia sobre los ingresos económicos en la vida adulta está relacionado con la pérdida de instancias para aprender habilidades necesarias en el mundo laboral[3].

Los factores que contribuyen al ausentismo escolar son diversos y pueden estar relacionados con la o el estudiante, su familia o el establecimiento educativo. A nivel individual, influyen problemas de salud física o mental, abuso de sustancias y dificultades conductuales. En el ámbito familiar, la inasistencia se asocia a un bajo nivel de involucramiento parental. Por otro lado, a nivel escolar, puede estar vinculada con la baja calidad del establecimiento o un clima de convivencia poco favorable[4].

Este indicador indica la proporción de estudiantes entre 1° básico a 4° medio que asiste a menos del 85% de los días correspondientes al total de la jornada escolar oficial, equivalente a faltar 28 días o más del año escolar. En esta definición se considera como inasistencia toda ausencia, justificada o injustificada, de un estudiante a su establecimiento educacional[5].

Si bien a continuación se presentan datos de inasistencia en los años 2020 y 2021, incluidos en la base de datos de rendimiento del Ministerio de Educación, los establecimientos educacionales no funcionaron de manera regular dado el cierre de los colegios en el marco de la pandemia por Covid-19, por lo que se sugiere interpretar esos datos con cautela, considerando que es posible que este subestimados.

Conclusión

Después de la pandemia, la inasistencia grave ha alcanzado niveles críticos, afectando a 1 de cada 5 estudiantes en la última medición. Aunque el aumento ha sido generalizado, ciertos grupos han experimentado un alza más pronunciada: los cursos de 1° y 2° básico presentan las mayores tasas de inasistencia, al igual que niñas y niños nacidos en otro país y quienes asisten a colegios públicos. Además, existen diferencias territoriales, con mayores prevalencias en zonas urbanas y en las regiones de Atacama y Metropolitana.

Las consecuencias de la inasistencia grave pueden ser significativas tanto a corto como a largo plazo, aumentando el riesgo de exclusión escolar, repitencia, abuso de sustancias y bajo rendimiento académico, entre otros. Por ello, es fundamental que toda la comunidad educativa se involucre en el seguimiento y prevención de la inasistencia, priorizando la inclusión y las necesidades de niñas y niños.

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Sobre los datos

  • Este indicador describe el número de estudiantes de 1° básico a 4° medio  matriculados en el sistema regular de educación que presentan inasistencia grave, es decir, que asistieron a menos del 85% de las jornadas escolares. Se considera como inasistencia toda ausencia al colegio, independiente si se encuentra justificada o no. Se excluye del análisis a las escuelas especiales y a niñas y niños con situación final “trasladado”.

  • Las fuentes de información utilizadas son los datos abiertos del Ministerio de Educación y corresponden a las bases de rendimiento del Ministerio de Educación entre los años 2012 y 2023. Al ser datos administrativos, este indicador tiene representatividad comunal.

Referencias

[1] Unicef (2022). Derecho a la educación de niños, niñas y adolescentes. https://www.unicef.org/chile/media/7026/file/mod%202%20derecho%20educacion.pdf

[2] División Educación General (DEG) (2020) Abordaje del Ausentismo Crónico. Teoría y estrategias para su disminución. https://bibliotecadigital.mineduc.cl/bitstream/handle/20.500.12365/16806/Abordaje-del-AC.pdf?sequence=1&isAllowed=y

[3] Cattan, S., Kamhöfer, D. A., Karlsson, M., & Nilsson, T. (2023). The Long-Term Effects of Student Absence: Evidence from Sweden. The Economic Journal (London), 133(650), 888–903. https://doi.org/10.1093/ej/ueac078

[4] Gubbels, J., van der Put, C. E., & Assink, M. (2019). Risk Factors for School Absenteeism and Dropout: A Meta-Analytic Review. Journal of Youth and Adolescence, 48(9), 1637–1667. https://doi.org/10.1007/s10964-019-01072-5

[5] Currículum Nacional (s.f.). Asistencia escolar. https://www.curriculumnacional.cl/portal/Documentos-Curriculares/Estandares-e-indicadores-de-calidad/Indicadores-de-Desarrollo-Personal-y-Social-vigentes/90159:Asistencia-escolar

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