Asequibilidad de la vivienda
Más de un millón de niñas y niños viven en hogares que enfrentan problemas de asequibilidad, es decir, que gastan más de un 30% de sus ingresos en arriendo o dividendo
La vivienda es el espacio principal donde niñas y niños se desarrollan, especialmente durante sus primeros años de vida[1]. De acuerdo a las Naciones Unidas, una de las dimensiones de una vivienda adecuada es que esta sea asequible, es decir, que el costo de la vivienda no ponga en peligro el disfrute de otras necesidades básicas y servicios esenciales, como la alimentación, la atención sanitaria y el cuidado de niñas y niños, ni tampoco el ejercicio de sus derechos humanos[2][3]. Tener una vivienda segura, estable y asequible es central para las familias[4] porque, además, reduce el estrés de padres e hijos causado por dificultades económicas[5].
La literatura ha documentado que una vivienda no asequible se encuentra asociada a un peor rendimiento académico de las niñas y los niños y un aumento en problemas de comportamiento. Además, una alta carga del costo de la vivienda incide sobre los niveles de angustia de cuidadores y la tensión económica que viven las familias[6]. Por otro lado, se ha evidenciado que los hogares con un alto costo de la vivienda tienen más probabilidades de experimentar algún tipo de dificultad material, lo cual, a través de las múltiples formas que puede tomar, produce una disminución del bienestar[7].
Los hogares con problemas de asequibilidad son aquellos que gastan en vivienda, ya sea dividendo o arriendo, más de un 30% de su ingreso total disponible[8] (Observatorio Social, 2023). A esta definición, se incorporó la recomendación de Déficit Cero[9], en la cual se considera como vivienda no asequible a los hogares que tras pagar el arriendo o dividendo quedan bajo la línea de la pobreza[10]. Este indicador corresponde al porcentaje de niñas y niños de 0 a 17 años que viven en hogares con un alto costo de la vivienda y se estimó utilizando la encuesta Casen (2017-2022).
Conclusión
El gasto en vivienda es significativo y difícil de no pagar. Dicho de otra forma, las familias no pueden prescindir de este gasto, en cambio sí del gasto en otros bienes. Justamente por lo anterior es que una vivienda no asequible pone en riesgo la adquisición de bienes y servicios esenciales para la niñez, como se mencionó en la introducción. A la luz de los datos, se observa cómo en Chile ha aumentado la proporción de niñas y niños viviendo en hogares no asequibles, es decir, que pagan más de un tercio en vivienda, ya sea arriendo o dividendo, o bien que luego de pagar quedan bajo la línea de la pobreza. Este aumento es transversal a todos los grupos de niñas y niños, pero la proporción es mayor entre la primera infancia, las niñas y los niños nacidos fuera del país y aquellos que viven en hogares en situación de pobreza multidimensional. A su vez, se puede sostener que es una problemática principalmente urbana y en hogares con otras dificultades asociadas a la vivienda, particularmente hacinamiento. Por último, se observa una alta variación regional, siendo las regiones de Tarapacá y Arica y Parinacota las que concentran una mayor proporción de niñas y niños en hogares no asequibles.
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Sobre los datos
La encuesta de Caracterización Socioeconómica Nacional (Casen), encargada de medir la pobreza en Chile, mide cinco dimensiones que permiten analizar la presencia de carencias no necesariamente económicas en los hogares. Esta encuesta se aplica cada dos o tres años en una muestra representativa de hogares a nivel nacional y regional.
Para la estimación de este indicador, se utilizó la metodología propuesta por el Observatorio Social, que define una vivienda como no asequible cuando el gasto en arriendo o dividendo supera el 30% del ingreso total del hogar. Adicionalmente, se incorporó el enfoque de Déficit Cero, que considera también como no asequible a aquellas viviendas cuyo hogar queda bajo la línea de la pobreza una vez descontado el gasto en arriendo o dividendo.
Para este indicador, la línea de la pobreza se estimó excluyendo de la canasta el componente correspondiente al alquiler imputado y efectivo, lo que permite comparar los ingresos del hogar sin considerar dicho gasto, en línea con la metodología de Déficit Cero.
Referencias
[1] Espíndola, Sunkel, Murden y Milosavljevic (2017). Medición multidimensional de la pobreza infantil. Unicef. https://repositorio.cepal.org/server/api/core/bitstreams/f55c8cac-eab0-430b-87ea-df0ae977b54c/content
[2] ONU 2016 Habitat III. The New Urban Agenda. https://habitat3.org/the-new-urban-agenda/
[3] The Annie E. Casey Foundation (2024). The 2024 Kids Count Data Book. Disponible en: https://www.aecf.org/resources/2024-kids-count-data-book
[4] Habitat (nd) Quality of housing central for childhood development. Disponible en: https://www.habitat.org/stories/quality-housing-central-childhood-development
[5] Cunningham, M., Gillespie, S. & Batko, S. (2019) How housing matters for families. Findings from in-Depth with Parents in Supportive Housing. Disponible en: https://www.urban.org/sites/default/files/publication/100292/how_housing_matters_for_families_1.pdf
[6] Hess, C., Colburn, G., Allen, R. & Crowder, K. (2024) Cumulative housing cost burden exposures and disadvantages to children’s well-being and health, Social Science Research, (119; 2024; 102984). https://doi.org/10.1016/j.ssresearch.2024.102984
[7] United States Census Bureau (2023) The Impact of the 2021 Expanded Child Tax Credit on Child Poverty. Disponible en: https://www.census.gov/library/working-papers/2022/demo/SEHSD-wp2022-24.html
[8] Observatorio Social (2023). Déficit habitacional cuantitativo y asequibilidad de la vivienda en Chile. Disponible en: https://observatorio.ministeriodesarrollosocial.gob.cl/storage/docs/casen/2022/Resultados_Vivienda_Casen_2022.pdf
[9] Déficit Cero & Instituto de Estudios Urbanos y Territoriales UC & Centro de Desarrollo Urbano Sustentable (2024). Demanda social por vivienda en Chile: Una propuesta para estimar nuestro desafío habitacional. Informe disponible en: https://bit.ly/EstudioDemandaD0
[10] La línea de la pobreza es calculada por el MDSF en base al costo actualizado de la Canasta Básica de Alimentos. Para esta estimación se excluyó de la canasta el componente derivado del alquiler imputado y efectivo, para así realizar una comparación con los ingresos del hogar sin el gasto, siguiendo la estimación de Déficit Cero.