Radiografía de la educación parvularia en Chile

 
 

La educación parvularia es un pilar esencial en el desarrollo de niños y niñas. La afirmación es respaldada por evidencia científica y sus efectos han sido material de estudio de diversos expertos que apuntan a que las condiciones de vida y herramientas entregadas en los primeros mil días de un infante, son fundamentales para su desarrollo cognitivo y la proyección de su futuro.

Esta materia puede influir incluso en el presupuesto ecónomico de un país. James Heckman, Premio Nobel de Economía, sostiene que la inversión en la primera infancia ofrece un retorno significativamente más alto –de al menos 7 veces–, que la inversión en la educación superior. Esto, apostando a que niños bien formados en sus primeros años, gracias a educadores calificados y padres involucrados, están mejor preparados para futuros aprendizajes.

Dicho análisis señala a la educación parvularia como el nivel educativo con mayores retornos para la sociedad y destaca su valor como recurso para abordar problemas de la crisis educativa en nuestro país, ya que, uniendo puntos, se releva el rol de la educación parvularia en el desafío de reducir las brechas socioeconómicas en el rendimiento académico.

En Chile, de los 4,4 millones de niños entre 0 y 17 años, 1.414.744 están en la primera infancia (0 a 5 años) y deberían recibir educación parvularia. En ese tramo, la evidencia expone que las experiencias tempranas basadas en interacciones estables y sensibles son particularmente beneficiosas para los niños de entornos menos favorecidos, influyendo significativamente en su desarrollo y desempeño futuro.

Ahora, si bien se considera también la etapa de la vida más costo-efectiva para hacer intervenciones de política pública, en Chile, el Estado, tiene el deber de promover y proveer esta educación a niñas y niños desde 85 días después de nacidos, pero no constituye un requisito para el ingreso a la educación básica que, por ley, es obligatoria desde los 6 años.

Y según Casen, entre 1990 y 2011 la cobertura de la educación de párvulos en Chile casi triplicó, con crecimiento en el número de instituciones y plazas de matrícula. Sin embargo, actualmente Chile presenta las tasas de cobertura de educación de párvulos más bajas de la OCDE.

 
 

Financiamiento y Administración

La estructura de la educación parvularia en Chile, gestionada por el Ministerio de Educación a través de la Subsecretaría de Educación Parvularia, es compleja y diversa. El financiamiento de la provisión de los servicios educativos para el nivel puede ser de tres tipos:

En 2023, según información reportada por el Ministerio de Educación, de los 1,4 millones de niños en edad preescolar, 731.880 asistieron a salas cuna y jardines infantiles; 43% lo hizo a establecimientos de carácter particular subvencionados o privados subvencionados por Mineduc (6,3%). Desde una etapa temprana se observa la preponderancia de la educación particular subvencionada en el país, que corresponde a un 50% de la provisión.

 
 

Los jardines Mineduc representan el 21% del total de este tipo de establecimientos, pero 14% en relación a la matrícula total. Mira más detalles en la siguiente tabla. 

Llamado de alerta: La dispar asignación de recursos

Los jardines infantiles subvencionados por la Junta Nacional de Jardines Infantiles (Junji) atienden principalmente a menores pertenecientes al 60% de las familias más desfavorecidas, ubicadas en los tres quintiles inferiores de ingresos. Sin embargo, en la práctica se observa una disparidad significativa en la asignación de recursos entre los diferentes tipos de jardines. Los que operan bajo el modelo de Transferencia de Fondos (conocidos como jardines VTF) reciben una dotación económica por niño que es la mitad de la que se destina a un infante inscrito directamente en un jardín de Junji. Esta diferencia  ocurre a pesar de que ambos grupos  comparten similares condiciones socioeconómicas, lo que plantea un escenario donde, sin una justificación clara, un niño puede recibir el doble de recursos para su desarrollo en comparación con otro de igual perfil.

Este problema se agrava al considerar que aproximadamente el 60% de las inscripciones en los jardines infantiles de Junji se realizan a través de los jardines VTF. Es decir, estos representan la mayoría en términos de matrícula.

Como se observa en la siguiente tabla, del total de matrículas en Junji (170.359), un 39,4% (67.120) corresponde a jardines de administración directa, mientras que un 55,9% (95.199) se encuentra en jardines VTF. En términos monetarios, a un niño inscrito en un jardín de Junji se le asignan en promedio $278.778 mensuales para su desarrollo, en contraste con los $126.683 asignados a uno matriculado en un jardín VTF: 50% menos.

 
 

Rankings de comunas

Sumado a este análisis, cabe dar cuenta de las significativas diferencias en las tasas de matrículas en educación parvularia entre distintas comunas. Esto, según la proyección poblacional de INE por edad y el Resumen de Matrículas de Educación Parvularia, elaborado por Mineduc.

Por ejemplo, Puente Alto es la comuna con la mayor proporción de niños en la primera infancia en Chile (110.071), pero solo un 18,3% está matriculado en educación parvularia. Le sigue Maipú, con 89.705 , y el 17,7% inscritos en educación parvularia.

Algunas métricas a tener en cuenta:

10 Comunas con menor porcentaje de niñas y niños matriculados

 
 
 
 

10 Comunas con mayor porcentaje de niñas y niños matriculados

 
 

10 Comunas de Chile con mayor número de niños sin educación parvularia

 
 

Este análisis busca destacar la importancia de la educación parvularia como una inversión vital para el futuro de los niños y niñas de Chile, así como exponer las disparidades existentes en el acceso y la calidad de la educación en diferentes comunas del país.

En Colunga promovemos la urgencia de la necesidad de políticas públicas eficientes y equitativas para mejorar y expandir el acceso a la educación parvularia apuntando a que es un aspecto crucial para el desarrollo integral de nuestra sociedad.